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El coche autónomo supondrá una importante pérdida de ingresos para los gobiernos

autonomía nissan leaf

Imaginemos un coche que nunca sobrepase la velocidad máxima de la carretera, que nunca se salte un semáforo, ni un stop, y que su conductor pueda circular hablando por el móvil o trabajando con su ordenador. Sin duda sería una tragedía para unas arcas públicas que se nutren en buena parte con las infracciones de los conductores.

Pues este es el futuro que nos augura el coche autónomo. Una tecnología en plena fase evolutiva, que ya está presente en pequeñas dosis en algunos modelos, como los sistemas de control de velocidad de crucero, capaces de adaptar la velocidad e incluso frenar del todo el coche en caso de que lo haga el vehículo que nos precede.[blocktext align=»left»]future truck cabin 876El lado oscuro del coche autónomo. Pérdida de hasta el 47% de empleos en los próximos 20 años[/blocktext]

Un ejemplo son los 116 millones de dólares que el ayuntamiento de la localidad californiana de Los Ángeles recauda cada año, y que poco a poco se irán reduciendo según se implante una tecnología que tiene en el año 2020 su fecha de desembarco comercial completo.

A este escenario apocalíptico de pérdida de ingresos para los ayuntamientos y comunidades, el coche autónomo traerá otro efecto secundario, su efecto sobre trabajos en algunos sectores ligados con el transporte por carretera. Un estudio realizado pro la Universidad de Oxford ha analizado mediante un algoritmo cuales son los empleos más susceptibles de ser automatizados con esta tecnología, y ha llegado a al conclusión que una vez aplicada supondrá que las máquinas podrán eliminar el 47% de los empleos en Estados Unidos a lo largo de los próximos 20 años en segmentos como el taxi o los camiones de transporte de mercancías.

Pero no todo son malas noticias. El coche autónomo traerá consigo una serie de beneficios tanto o más importantes que sus contras.

Por supuesto el primero de la lista será una mayor seguridad en la carretera. El desterrar el error humano será uno de los pasos más importantes de la historia de la automoción. Esto evitará los miles de muertos y heridos que cada día se cobran las carreteras en el mundo, con efectos colaterales como los elevados gastos médicos.

Otro aspecto que nos beneficiará, este de una forma más directa, serán los seguros. Unas primas más económicas para aquellos coches que tengan sistemas de conducción autónoma, y que harán más atractivos estos vehículos.

A todo esto los diferentes gobiernos deben sumar otra parte de la ecuación. Los coches eléctricos y autónomos. Modelos que reducirán todavía más sus aportaciones a los presupuestos de los gobiernos, por su mayor eficiencia y posibilidad de auto abastecimiento mediante sistemas solares, que podrían caer en la tentación de buscar alternativas a las previsibles caídas de ingresos.

Lo que si está claro es que en los próximos cinco años, la industria del automóvil vivirá una fuerte transformación, tanto a nivel de sistemas de propulsión, con la llegada de las nuevas generaciones de baterías, como a nivel de seguridad, con los sistemas de conducción autónoma.

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