Muchas veces, las modas ligadas al diseño no son precisamente sinónimo de eficiencia. En el mundo de la automoción, es indudable que la actual oleada SUV es la antítesis del ahorro y de lo que debemos hacer para revertir el cambio climático.
La gente, ve en el concepto SUV, un automóvil que aúna el espacio interior de un vehículo familiar (a costa de unas dimensiones exteriores exageradas) y un diseño exterior más imponente y variado que los ya, prácticamente desaparecidos, monovolúmenes.
Todo ello provoca que, en un momento en el que se pretende reducir las emisiones de gases contaminantes y realizar un aprovechamiento más racional de los recursos, nos encontremos ante una ofensiva de vehículos con peor aerodinámica y mayor peso que provocan consumos de combustible más elevados, además de conllevar elementos mecánicos de desgaste dimensionados de forma acorde (véase neumáticos, discos y pastillas de freno, etc…).
Pero, las modas mandan, y si esto es lo que demanda el cliente, las marcas se apresuran a ofrecérselo ya que, al fin y al cabo, lo único que pretenden los fabricantes es vender (la ética medioambiental ya ha quedado demostrado que les da igual…véase caso dieselgate).
Un reflejo de lo mencionado, puede verse en el hecho de que en 2018 van a dejar de producirse dos modelos híbridos que se ofrecían en Estados Unidos. Uno es el Toyota Prius V y el otro el Ford C-Max en su variante híbrida.
Las razones para Toyota son que las ventas del Toyota Prius V se han trasladado a la versión híbrida del Toyota Rav 4, siendo este último un vehículo mucho más ineficiente que el Prius V (el Prius V declara un consumo combinado de 41 mpg mientras que en el Rav 4 híbrido es de 32 mpg).
En el caso del Ford C-Max, el motivo esgrimido es el bajo interés suscitado por los modelos híbridos convencionales en Estados Unidos debido al bajo precio del combustible y al gusto del mercado norteamericano por modelos SUV y Pick Up. De hecho, la planta de Michigan donde se producen el Ford Focus y el C-Max pasará a fabricar el Pick Up Ranger y el SUV Bronco.
Si extrapolamos esto al mercado de los modelos eléctricos, quizá los fabricantes deberán plantearse hacer coches que se adapten a las modas y los gustos del público en general, y tratar de conseguir un compromiso equilibrado entre diseño y eficiencia, aunque ello suponga perder 50 kilómetros de autonomía. Por desgracia, la conciencia medioambiental de la mayoría de gente vendrá condicionada, en parte, por lo que les ofrezca el mercado del automóvil en los próximos años.
Relacionados
· Encuesta. ¿Quién lanzará el primer SUV eléctrico superventas en Europa?
Fuente | GreenCarReports | Automobilwoche
