La conducción autónoma es una tecnología que revolucionará el mundo de la automoción tanto o más que la llegada de los sistemas eléctricos. La mejora de la seguridad en las carreteras será enorme, eliminando el error humano de la actuación. Pero el problema es que sus costes son muy elevados y amenazan con retrasar su implantación masiva.
Es por eso que desde China ya están trabajando en una solución que permita acelerar la expansión de esta tecnología. Un programa de ayudas similar al puesto en marcha con la llegada del coche eléctrico, y que supondrá un incentivo económico para los que se compren uno de estos vehículos.
El objetivo es replicar el éxito de las ayudas a los eléctricos. Como recordamos, gracias a estas China se ha convertido en el primer mercado mundial por número de ventas, y ha animado la creación de nuevas marcas y el lanzamiento de decenas de modelos. Algo que ha llevado las ventas hasta las 600.000 unidades en 2017. Más que Estados Unidos y Europa juntos.
Esto ha tenido como resultado el fortalecimiento tecnológico de marcas nacionales, que incluso han comenzado su expansión fuera de sus fronteras. Un liderazgo en producción que ahora China espera se extienda también al coche autónomo. Algo que quieren lograr replicando el formato usado en los eléctricos.
Un movimiento que tendrá repercusión tanto en aplicaciones al transporte personal, en coches particulares, como también en grandes vehículos industriales. Las aplicaciones de esta tecnología no han hecho más que ampliarse cada año, y por ejemplo se abren oportunidades para el desarrollo de vehículos de transporte público, pero también industriales como los sistemas de reparto, o los vehículos que operan en las muchas minas que tiene China en su territorio.
Se espera también que de poner en marcha este sistema de ayudas, el gobierno de Pekín también aplique las mismas normas que está empezando a utilizar en los coches eléctricos. A estos se les exige una autonomía mínima para lograr acceder a los incentivos. Algo que marcas como Volkswagen indican podría suceder lo mismo con los autónomos. Si quieres ayudas, deberás tener un nivel determinado de conducción autónoma.
Los diferentes fabricantes están preparándose para esta nueva revolución. Como ejemplo los 6.600 millones de euros que destinará la propia Volkswagen este mismo año en movilidad eléctrica, digitalización y conducción autónoma. Una señal de que además de eléctricos, en pocos años los coches también serán autónomos.
Sólo queda saber quién liderará esta nueva industria. Si Estados Unidos, Europa, o China. Aunque a la vista del éxito logrado con el coche eléctrico, las apuestas parecen más favorables de nuevo a los chinos.
Vía | Bfmbusiness
