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Este propietario ha transformado su Mazda MX-5 de 1990 en un divertido coche eléctrico

Corría el año 2010 cuando Michael DeVuyst, que por entonces tenía una edad de 18 años, decidió comprar un viejo Mazda MX-5 de 1990 con el objetivo de transformarlo en un coche eléctrico. Este proyecto se le ocurrió tras ver el documental «¿Quién mató al coche eléctrico?», de 2006, y tardó seis años en completarlo. Ahora, con 27 años, es el feliz propietario del único MX-5 eléctrico de Canadá.

El Mazda de DeVuyst mantiene la transmisión manual de cinco marchas que equipaba originalmente el modelo, pues a pesar de que normalmente los coches eléctricos no necesitan caja de cambios, «así es más divertido». A pesar de ello, la aceleración del vehículo es muy superior a la original, hasta el punto de que en un momento dado la transmisión se averió debido al enorme par del motor eléctrico. La velocidad punta por su parte ronda los 110 km/h.

Como el joven ingeniero no contaba con un presupuesto elevado cuando comenzó con la transformación, optó por comprar 10 baterías ácido-plomo por apenas 3.000 euros, con las que el coche es capaz de recorrer apenas 35 km por carga. Sin embargo, esta situación es temporal, pues DeVuyst ya ha adquirido unas baterías de ion-litio de origen Tesla (cada módulo tiene 5,3 kWh de capacidad) que le permitirán aumentar enormemente la autonomía de su MX-5. Este cambio, que ya está en marcha, se complementará con la instalación de un nuevo motor eléctrico.

A pesar de que los numerosos cambios realizados en el Mazda han supuesto un peso extra de 140 kg, el comportamiento dinámico del coche sigue siendo bueno, a pesar de que se nota más pesado, sobre todo en el tren delantero. Esto es compensado por la elevada aceleración del vehículo, que es definido por su propietario como «muy divertido».

El coche puede circular de forma legal por Canadá, e incluso cuenta con unas placas de color verde específicas para los coches eléctricos vendidos en el país. El pequeño «Miata» (nombre por el que se conoce en algunos mercados al popular Mazda MX-5) tiene incluso una cuenta de Instagram donde acumula casi 2.500 seguidores y en la que se pueden ver la continuas mejoras a las que lo somete su dueño.

DeVuyst, que actualmente trabaja como ingeniero para Lockheed Martin, cree firmemente que el futuro del automóvil pasa por la movilidad eléctrica. Sin embargo, descarta que los coches de gasolina vayan a desaparecer: en su opinión, en el futuro «modelos como el Ford Mustang quedarán destinados a un uso recreativo los fines de semana. Pero para el día a día, es mejor un enchufe».

Fuente | Clym Montgomery

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