Normalmente un coche tiene una vida útil determinada antes de recibir un cambio de generación que suele venir acompañado de modificaciones estética y mecánicas. Pero dentro de la industria hay algunas excepciones y una de las más llamativas es el BMW i3. Un verdadero outsider dentro de la marca alemana que se convirtió en su primer coche eléctrico, y que a pesar de no gozar de ventas masivas, su presencia se extenderá mucho más allá de lo esperado por los más optimistas.
Y es que según los medios alemanes, BMW ha decidido alargar todavía más la vida útil del i3. Cuando en un primer momento estaba previsto que aguantase hasta la llegada de la nueva generación, en 2021, ahora este modelo seguirá a la venta por lo menos hasta 2024.
Esto supondrá que el i3 habrá tenido un recorrido de más de 10 años en los que apenas habría recibido unos pequeños cambios estéticos y la actualización de su batería. El resto de propuestas seguirán siendo las mismas que las vistas en 2013 durante su lanzamiento.
Y por qué se alarga la vida del i3. La respuesta es clara, cada vez hay más demanda. La curva habitual en las ventas de un modelo marca un ascenso inicial, y un descenso según van pasando los años. Pero en el caso del i3 las ventas marcan una línea ascendente que ha supuesto que en 2019 se hayan vendido un 30% más unidades que el año anterior. Una tendencia que parece que este año a pesar de las dificultades por el COVID-19, se volverá a repetir.
Es por eso que desde BMW han confirmado que están preparando las líneas de producción de Leipzig para aumentar su ritmo de fabricación, pasando de las 119 unidades diarias actuales hasta una cifra cercana a las 250 unidades, que se estima es el máximo de esta planta sin recibir actualizaciones, y que supondría alcanzar una tasa anual estimada por encima de las 80.000 unidades.
Una cifra que podemos contextualizar con las ventas entre 2013 y 2019, donde se han entregado un total de 165.000 unidades. Por lo tanto, en un año BMW podría vender tantos i3 como los entregados desde su lanzamiento hasta el pasado año.
Otra de las razones para el mantenimiento del veterano i3 es la entrada en vigor de las nuevas normas sobre emisiones, que obligará a las marcas a tomar decisiones poco habituales en la industria como alarga la vida comercial de sus modelos eléctricos, además de añadir nuevas propuestas como el iX3 que llegará este mismo año al mercado.
Una situación que supondrá que el i3 tenga que recibir una nueva actualización de su batería después de la llegada en 2018 de la versión de 42.2 kWh, y que supondrá elevar de nuevo la capacidad más allá de los 50 kWh, que le permitirán alcanzar una autonomía de unos 390 kilómetros bajo el ciclo WLTP, y que de nuevo permitirá rejuvenecer la propuesta del auténtico Benjamin Button del sector eléctrico.
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Fuente | Automobilwoche