A pesar del impacto de la pandemia, parece que la demanda de coches eléctricos e híbridos enchufables no sólo no se ha frenado, sino que avanza de forma imparable con algunos casos muy llamativos como el de Volvo, que este año ha visto como la demanda de modelos enchufables se ha disparado de forma notable.
Según los datos que acaba de publicar la marca sueca, entre enero y junio han entregado un total de 37.775 híbridos enchufables. Una cifra que supone un crecimiento del 80% respecto al mismo periodo del pasado año.
La demanda se ha situado casi en exclusiva en Europa, que se ha llevado el 79% de las ventas mundiales de este tipo de vehículos matriculando un total de 29.918 unidades en el primer semestre. Una demanda que han centralizado tanto el familiar V60, como el nuevo SUV XC40.
También destacable el dato de China, donde el fabricante apenas ha obtenido un 3.2% del total de ventas de híbridos enchufables, y donde solo han entregado en lo que llevamos de año 2.100 unidades.
Según el presidente del fabricante, Hakan Samuelsson, estos datos ponen en la dirección correcta su objetivo de alcanzar una cuota del 20% de ventas para sus híbridos enchufables. Un dato que la crisis parecía poner en duda, pero que finalmente lograrán sin mayores problemas.
Samuelsson agregó que el paso a la movilidad eléctrica y el abandono paulatino de las motorizaciones diésel no ha afectado a la rentabilidad de Volvo. Unas ventas de coches con motor de gasóleo que han ocupado en 45% del total de entregas este año, cifra que podemos comparar con el 60% logrado el mismo periodo del 2019.
Una apuesta por la movilidad eléctrica que parece está siendo muy rentable para una Volvo que se está situando en una buena posición en un mercado que ha visto acelerada la implantación y la demanda de opciones eléctricas y electrificadas, y donde el fabricante sueco ha logrado situar sus productos dentro de un tipo de cliente concienciado con la necesidad de apostar por formas más sostenibles, y que además tiene la capacidad económica para afrontar el sobre coste que todavía tienen estas alternativas.
Algo que no sólo tiene un componente simbólico o publicitario, sino también muy importante en lo económico ya que gracias a la reducción de sus ventas de coches diésel y gasolina, Volvo podrá afrontar la entrada de las nuevas normas sobre emisiones de una forma mucho más optimista y que le puede evitar, o reducir, multas valoradas entre 400 y 500 millones de euros ya en 2021.
Una gama a la que ahora también podemos añadir la llegada del nuevo XC40 eléctrico, que ya está disponible para su reserva desde el pasado mes de mayo como una alternativa 100% eléctrica del popular SUV, y que comenzará sus entregas a principios de 2021 de la mano de un sistema muy completo donde destaca un motor de 300 kW (408 cv) 660 Nm de par y una batería de 78 kWh, refrigerada por líquido y formada por celdas de LG, le proporciona una autonomía que superará los 400 km WLTP.
Otra alternativa para los que busquen una opción eléctrica, y que ayudará a Volvo a iniciar un 2021 con grandes perspectivas de ventas para la gama eléctrica.
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