Recientemente, la red eléctrica de California vivió uno de sus mayores episodios de alta demanda, coincidiendo con la semana del Labor Day. El Operador de Sistema Independiente de California (ISO) emitió una alerta del 30 de agosto al 6 de septiembre para pedir una reducción del consumo en horas punta. Es más, llegó a mandar un SMS masivo para recordar a la población la posibilidad de apagones.
Estas medidas lograron evitar que la red cayese ante la demanda de los sistemas de aire acondicionado en plena ola de calor, recargas de coches eléctricos y electrodométicos de elevado consumo de electricidad. Dado que California prohibirá la matriculación de coches que no sean eléctricos en 2035, ¿significa eso que habrá frecuentes apocalipsis energéticos en el Estado?
Los expertos creen que no. La mayoría de los eventos de recarga están dándose en horarios de baja demanda de electricidad y cuando los precios son más bajos. En 2035 habrá tal vez 14 millones de coches eléctricos en California, y más que pensar en ellos como una amenaza, hay que hacerlo en términos de oportunidad. A unas decenas de kWh por coche, hablamos de una batería virtual de cientos de gigavatios. Por ejemplo, a 10 kWh por coche, serían 140 GWh.
La clave está en el sistema V2G, que permite a los coches eléctricos devolver la energía que les sobra a la red, normalmente a cambio de una compensación económica. Estos vertidos son voluntarios, el dueño del coche puede elegir cuánta batería puede ceder al sistema a cambio de un descuento en su factura. Además, a efectos de gestión de la red, es más fácil recurrir al sistema V2G que pedir a millones de personas que empiecen a apagar cosas que consumen mucho.
De hecho, hay varias experiencias piloto, como las que se están haciendo con autobuses escolares eléctricos que se recargan durante la noche, tienen un patrón de uso muy previsible, y pueden verter los excedentes en horario de máxima demanda -porque no se están usando- tanto para la microrred de los colegios como a las de la zona.
Si dejamos de hablar de experiencias piloto, si la generación de energía fuese nula (un supuesto teórico) se podría alimentar a toda la red de California con esos 14 millones de coches eléctricos durante tres días. Por lo tanto, los coches eléctricos son un factor fundamental para el aplanamiento de la demanda: más cuando sobra la electricidad, y menos cuando el sistema se acerca a sus límites. Una solución sin duda más óptima que seguir sobredimensionando la capacidad de generación.
Y quien dice California, dice cualquier país europeo a nada que el parque de automóviles eléctricos siga aumentando. Puede haber episodios de muy alta demanda, como operaciones salida/retorno, pero incluso para eso hay solución: baterías de respaldo para puntos de recarga, redes inteligentes, producción de energías renovables en aumento, etc.
Vía | Wired