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Esto es lo que tienes que hacer para evitar que tu coche eléctrico tenga problemas con los frenos. Úsalos de vez en cuando

Una de las características más apreciadas y más usadas por los conductores de coches eléctricos es su frenada regenerativa. Por un lado recuperamos una parte de la energía usada en la aceleración, y por el otro evitamos el uso de los frenos mecánicos. Pero los expertos avisan de que esto puede llegar a provocar que las pastillas de freno y los discos pierdan su eficacia por la falta de uso.

Y es que como una persona, los frenos también pueden llegar a oxidarse ante la falta de ejercicio. Si un coche está parado durante muchos meses, especialmente en el exterior y en los meses más húmedos, o solo se mueve con un estilo de conducción muy conservador, los discos de freno pueden llegar a oxidarse.

Esto reduce el rendimiento de la frenada, lo que supone incrementar la distancia que necesitamos para detenernos, principalmente en caso de tener que hacer una frenada de emergencia. La otra consecuencia es económica, ya que si los discos se degradan, su cambio supone cientos de euros.

Coches eléctricos y sus frenos: el consejo para su mantenimiento

Este problema afecta a todos los coches, tanto eléctricos como diésel o gasolina. Pero según los expertos, las peculiaridades de los eléctricos hace que tengamos que tener en cuenta tanto las eventos de paradas prolongadas en el exterior, como también los efectos de la falta de uso de los frenos mecánicos con el paso de los años.

Un freno mecánico en un coche eléctrico solamente entra en acción cuando se presiona con fuerza el pedal del freno. Esto tiene como resultado que si se usan con poca frecuencia, las pastillas de freno también pueden «dormirse» y luego no desarrollar un coeficiente de fricción suficiente.

En este aspecto algunos fabricantes han apostado por los denostados frenos de tambor, instalados en las ruedas traseras. Una opción que se asocia a otra época pasada, pero que muchos profesionales defienden precisamente por la falta de oxidación que podemos ver en los discos.

La solución al problema es bastante sencilla. Pisar con fuerza de vez en cuando el freno mecánico para eliminar los restos de óxido que se pueden estar comenzando a producir, incluso aunque no sea realmente necesario.

Frenada regenerativa en los coches: qué es y cómo funciona

Por ejemplo, podemos buscar un lugar donde no haya tráfico y veamos que la frenada no va a causar ningún peligro al resto de conductores, acelerar hasta una cierta velocidad, no tiene que ser muy elevada y pueden ser 50 o 60 km/h, y entonces pisar el freno con firmeza.

También lo podemos hacer a la llegada a una rotonda, en un cruce. Siempre por supuesto, con la seguridad de que no hay ningún coche detrás y con la máxima precaución.

Tampoco hay que clavar los frenos. Simplemente generar la suficiente inercia para que la frenada regenerativa no sea capaz de ocuparse del 100% de la retención. Algo que nos permitirá mantener en perfecto estado las pastillas y los discos para cuando sea necesario su uso.

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