En 2021, Tesla confirmaba los planes para levantar una gigantesca fábrica de baterías en las instalaciones de su planta de Berlín. Unos ambiciosos planes que ahora corren peligro por culpa de un inesperado pero recurrente problema en este emplazamiento. El agua.
Y es que cuando se presentaron los planes para las instalaciones actuales de Grünheide, de donde sale el Tesla Model Y, los vecinos y grupos ambientalistas expresaron su preocupación por el enorme consumo de agua que este tipo de instalaciones representa. Algo que retrasó la concesión de las licencias y el inicio de las obras.
Ahora, Tesla vuelve a encontrarse con el mismo problema, y según informa el diario alemán Tagesspiegel, de nuevo el agua se convierte en un elemento que no sólo pone en riesgo los plazos, sino que incluso amenaza con la cancelación del proyecto.
Esto tiene relación con el uso de agua de la planta en una región del noreste de Alemania, que ha sufrido sequías consecutivas en los últimos años.
Esta fábrica se había convertido en uno de los pilares del crecimiento de Tesla en Europa, donde se ha revelado como una fuerza emergente capaz de colocar a su único modelo de producción local como el coche más vendido del continente, teniendo en cuenta todas las tecnologías.
Una gran acogida que ha llevado a la marca americana a comenzar con los planes de expansión de la propia fábrica de coches, para llevarla hasta el millón de unidades al año, como también levantar una imprescindible fábrica de baterías.
Los planes establecían que Tesla invertirá unos 5.000 millones de euros y creará 2.000 nuevos puestos de trabajo directos, que llevará el total de empleados entre las dos fábricas hasta las 12.000 personas.
Ahora es posible que la compañía revise y vuelva a presentar sus planes de expansión de la planta de producción de baterías, para lograr cumplir con los requisitos de consumo de agua y con ello poder acelerar una producción de la fábrica de Berlín que ha logrado llegar a las 5.000 unidades a la semana, que suponen una capacidad instalada de 375.000 unidades al año, lejos todavía de su actual máximo teórico, 500.000 unidades anuales, y muy lejos de los objetivos de llegar al millón a medio plazo.
