Noruega se ha propuesto que a partir de 2025, no se vendan nuevos coches con motor de combustión en el país. Solamente coches eléctricos e híbridos enchufables. Pero el mercado está moviéndose más rápido que las normas, y marcas como Volkswagen han indicado que en 2024, ya no venderán coches diésel o gasolina en el país nórdico.
Así lo ha confirmado el importador de Volkswagen en Noruega, que hará coincidir este cambio de modelo con el 75 aniversario del inicio de las ventas en este mercado.
Y las cifras dan la razón al importador. La cuota de ventas de los coches 100% eléctricos en Noruega ya supera el 80%. Cifra que aumenta hasta el 90% si sumamos los híbridos enchufables. Algo que deja apenas un 10% de ventas para los modelos diésel, gasolina e híbridos convencionales.
Con un 12%, Volkswagen tiene la segunda mayor cuota de mercado, superada solo por una Tesla que casi duplica a los alemanes, con un 21% de ventas en noviembre. Algo que tiene su extensión en cuanto a modelos, siendo el Volkswagen ID.4 el segundo más popular del mercado, por detrás del Tesla Model Y.
Pero más allá de Tesla, la amenaza para los grupos occidentales es la rápida expansión de los fabricantes chinos. Unas marcas que han tomado a Noruega como puerta de entrada al mercado europeo, y donde nombres como MG, NIO, Xpeng o BYD, están logrando fuertes tasas de crecimiento.
Una señal de por donde discurrirá el mercado europeo en los próximos años, donde las ventas de coches eléctricos no pararán de crecer, principalmente a partir de 2024-2025, cuando se incorporen los nuevos modelos de precio razonable de los fabricantes europeos, que tendrán que luchar contra la invasión china. Y todos con un ojo puesto en el próximo lanzamiento de Tesla, el Model 2, que sin duda puede ser un verdadero meteorito para la industria tradicional.
Una Europa que se ha propuesto 2035 como fecha para dar finalizadas las ventas de coches de combustión, pero que está mandando señales confusas, como por ejemplo con la relajación de las normas de emisiones de la Euro7. Algo que puede hacer reducir las inversiones de los grupos europeos, tendiendo una alfombra roja a los chinos.
No olvidemos que para alcanzar los objetivos de cero emisiones netas marcadas por Europa para 2050, requiere que los coches eléctricos representen el 100% de las ventas nuevas como muy tarde en 2035. Esto se debe a que la vida media de un coche es de unos 15 años. Por lo tanto, convertir toda la flota a cero emisiones hará que sea fundamental que las ventas sean exclusivamente eléctricas entre 2035 y 2050.
Un objetivo lejano, pero que requiere acciones contundentes de corto plazo. Una contundencia que estamos viendo no es suficiente por parte de la UE, pero que puede ser compensada por un mercado que se inclinará por los modelos eléctricos más rápido de lo que los políticos y los fabricantes desearían.
