Stellantis quiere que su oferta de turismos en Europa esté compuesta exclusivamente por coches eléctricos a baterías (BEV) a partir del año 2030. Sin embargo, en el sector de los vehículos comerciales seguirá una estrategia distinta, pues también está apostando por la pila de combustible de hidrógeno (FCEV), una tecnología que por el momento sigue siendo muy minoritaria.
El grupo planea tener ocho furgonetas medianas y grandes equipadas con esta tecnología: Citroën Jumpy y Jumper; FIAT Scudo y Ducato; Opel Vivaro y Movano; y Peugeot Expert y Boxer. Además, también ofrecerá vehículos de hidrógeno en Estados Unidos, ya que está preparando una versión con pila de combustible de la camioneta RAM 5.500.
«Este año comenzaremos la producción de vehículos más grandes en Polonia, y el desarrollo en América del Norte debería seguir rápidamente, especialmente con la RAM 5.500 en una versión con pila de combustible», señalaba en una reciente entrevista Jean-Michel Billig, jefe del programa de hidrógeno del grupo franco-italiano.
«En la próxima década esperamos que esta tecnología alcance una importante cuota de mercado; en el caso de los vehículos comerciales, podría llegar al 40%». Stellantis quiere escalar su capacidad de producción de modelos con pila de combustible hasta alcanzar las 100.000 unidades anuales para 2030.
Stellantis sólo ha vendido 350 furgonetas de hidrógeno hasta el momento
Hasta ahora, la compañía sólo ha vendido 350 unidades de sus furgonetas medianas de hidrógeno (Citroën ë-Jumpy Hydrogen, Opel Vivaro-e Hydrogen, Peugeot e-Expert Hydrogen). Todas ellas utilizan un motor de 136 CV (100 kW) y 260 Nm asociado a una batería de apenas 10.5 kWh y a una pila de combustible de 45 kW.
Gracias al uso de tres tanques de 700 bares, su autonomía oficial se sitúa en 400 km WLTP. Dado que el pack funciona como una reserva de 50 km, el alcance logrado con la pila de combustible es de 350 km WLTP. En Francia, la Citroën ë-Jumpy Hydrogen cuesta 85.800 euros, un precio de partida elevado en comparación con el eléctrico a baterías (48.600 euros).
A pesar de las bajas ventas, motivadas en gran medida por los elevados costes, Billing se muestra confiado en que la demanda aumentará de forma notable en los próximos años, en paralelo a la infraestructura de repostaje. «El hidrógeno será una parte esencial de la movilidad libre de dióxido de carbono en el futuro. Queremos ofrecer una gama de productos completamente descarbonizados en Europa a partir de 2030. También necesitamos esta tecnología para ello».
Fuente | Welt am Sonntag
