Hasta dónde llegará el dominio de las marcas de coches chinas, un ascenso imparable hasta el 2030 que asusta
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Publicado: 01/07/2024 12:00
Los fabricantes chinos están aprovechando su actual ventaja tecnológica en el mercado de los coches eléctricos y de las baterías para crecer de forma imparable. Y ese poderío se traslada a las cifras globales de producción de vehículos. Sabemos que en China vive mucha gente –alrededor de 1,4 mil millones de personas, solo superado por la India–, y eso significa que se venden muchos, muchos coches en el mercado local chino.
Si llevamos estas cifras a un contexto global, no nos sorprende ver que el 21% de los coches que se producen en el mundo sean ‘Made in China’, una cifra bastante en línea con su cuota de población respecto al mundo (17,5%). Ahora bien, es en su potencial crecimiento de aquí al final de la presente década lo que revela unos datos que asustan, sobre todo a los fabricantes de coches tradicionales.
Ni siquiera los aranceles detendrán el avance chino
Según la consultora AlixPartners, las proyecciones apuntan a que los fabricantes de coches chinos representarán el 33% del mercado mundial de automóviles para el año 2030, frente al 21% actual. Es decir, en apenas 6 años, pasarán de representar 1 de cada 5 vehículos, a un tercio del pastel mundial. Parece que no, pero es una auténtica barbaridad.
El motivo de ese crecimiento no tiene otra razón de ser: la expansión de los fabricantes chinos a cuenta de sus coches eléctricos. Una expansión que no ha hecho más que empezar, pero que ya le ha permitido a China ser, en 2023, el país que más coches ha exportado en todo el mundo, superando a Alemania y a Japón. De cara al 2030, se espera que su cuota de venta de coches en el extranjero aumente del 3% actual al 13%.
«Los fabricantes de automóviles que quieran continuar operando bajo los principios tradicionales se encontrarán con algo más que un duro despertar: se dirigen a la obsolescencia. La revolución que está teniendo lugar en la industria automotriz mundial está impulsada por la increíble y alguna vez impensable maduración de los fabricantes de automóviles chinos que hacen muchas cosas de manera diferente», advierte Andrew Bergbaum, de AlixPartners.
El aviso está claro: las marcas tradicionales, es decir las occidentales y las generalistas japonesas y surcoreanas, deberán cambiar su filosofía y sus métodos «rápidamente» con el coche eléctrico como protagonista si no quieren acabar eclipsados por los fabricantes chinos. Tras más de una década de fuerte inversión, sobre todo por parte del gobierno chino, el gigante asiático está preparado para convertirse en un actor principal en Occidente con sus coches eléctricos y sus baterías.
La ecuación para ellos está clara: una economía de escala claramente definida, con el dominio de toda la cadena de producción de la industria del coche eléctrico (incluidos vehículos, baterías y refinado de materias primas); una ventaja de costes del 35% frente al resto de fabricantes, gracias a los menores costes laborales, la «intensa integración vertical» de su modelo de negocio y unos subsidios mucho más generosos.
La consultora AlixPartners también advierte de la enorme capacidad de renovación de la industria china: las marcas asiáticas pueden desarrollar nuevos modelos en la mitad de tiempo, unos 20 meses frente a los 40 de las marcas tradicionales. Además, distribuyen actualizaciones de software de forma mucho más frecuentes, lo que les permite añadir más funciones y ajustes en menos tiempo.
Y todo ello, sin fallar en un apartado clave: los coches eléctricos chinos llegan a Europa con unos niveles de calidad a la altura, un rendimiento más que aceptable y con mucha tecnología a bordo. Y cómo no, claro, con ventajas de precios que, según AlixPartners, les permitirían incluso ser «capaces de absorber los aranceles de importación en Europa».
Fuente | AlixPartners