«Intentar ser chinos nosotros mismos», el objetivo de los fabricantes europeos para ser competitivos con el coche eléctrico
China va camino de convertirse en una potencia mundial del coche eléctrico y Europa tiene que reaccionar. El CEO de Stellantis, Carlos Tavares, apuesta por copiar a los fabricantes chinos, pero no todos opinan igual.
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Publicado: 30/09/2024 09:47
Las marcas chinas de coches eléctricos se encuentran en la actualidad en una situación de gran ventaja tecnológica y de costes frente a sus nuevos oponentes occidentales. Mientras los fabricantes del gigante asiático están ya expandiéndose de forma internacional, con BYD, Chery y MG a la cabeza, los actores europeos y norteamericanos intentan contrarrestarles con nuevos aranceles.
Es un «todos contra China» a nivel político, aunque no todos los países del bloque comunitario piensan igual. En lo que se refiere a los fabricantes tradicionales, también hay disparidad de opiniones, pero prácticamente todos intentan o bien copiar el modelo chino o bien asociarse con fabricantes locales para intentar recuperar terreno.
Pero al fin y al cabo, a pesar de los temores contra las marcas china, a pesar de imponer más aranceles, y a pesar de querer proteger la industria nacional, todos los caminos conducen a China. Sus fabricantes se encuentran en ventaja competitiva, produciendo coches eléctricos un tercio más baratos que en Europa, con un dominio casi completo de las materias primas necesarias para la producción de baterías.
Carlos Tavares pide parecerse más a China
Stellantis ha sido uno de los gigantes automovilísticos que ha variado el rumbo y su percepción de las marcas chinas, hasta el punto que compró una participación del 21% de uno de ellos, Leapmotor. También creó una empresa conjunta aquí en Europa que le permitía tener acceso a su tecnología y derechos exclusivos para producir sus coches eléctricos fuera de China.
Su CEO, Carlos Tavares, lleva tiempo advirtiendo de la necesidad de abrirse a los fabricantes chinos y de rechazar los aranceles. Para el máximo dirigente de Stellantis, la mejor manera de competir con ellos es «intentar ser chinos nosotros mismos». Es decir, adoptar una mentalidad de bajo costo, a la vez que se forman alianzas con sus fabricantes que les permitan seguir siendo competitivos.
Otras marcas llevan demostrando lo mismo ya un tiempo, por ejemplo Volkswagen comprando una participación de Xpeng, o Audi colaborando con SAIC… las marcas alemanas tienen lazos muy fuertes con China, de ahí su rechazo a los aranceles de la UE, a los cuales Carlos Tavares califica como «anticompetitivos» y una «trampa».
Otros máximos dirigentes se empiezan ya a dar cuenta de la realidad: «Muchos de nuestros competidores recurrirán a empresas chinas para utilizar sus plataformas a nivel mundial», aseguró recientemente el CEO de Ford, Jim Farley. El CEO de BMW, Oliver Zipse, reconoció que una guerra comercial con China «dañaría a Europa. No hay Pacto Verde en Europa sin recursos de China», comentó al hilo del dominio del mercado de materias primas.
Otras voces siguen estando a favor de los aranceles: «Mientras el mercado siga desequilibrado, los aranceles deberían seguir vigentes», asegura el CEO de la empresa norteamericana de materiales para baterías Novonix, Chris Burns. Recordemos que en Estados Unidos los aranceles son más agresivos (100%) y que penalizan incluso a las empresas locales que utilizan componentes chinos.
«El objetivo es permanecer abiertos a la competencia de China, pero en condiciones justas», aseguró un portavoz de la Comisión Europea al hilo de los aranceles en Europa, que en próximos días podrían tener la votación definitiva entre los países del bloque para decidir o no si se convierten en aranceles definitivos. Sea cual sea el resultado, hay algo que ni a este lado ni al otro lado del charco podrán frenar, y es que la industria de coches eléctricos de China va camino de ser una potencia mundial.
«Los fabricantes de automóviles tradicionales deben desarrollar mejores vehículos eléctricos para competir en lugar de simplemente adoptar la tecnología china. Si se limitan a copiar y pegar, no pueden competir con los chinos en cuanto a costes. La innovación es obligatoria o se enfrentan a un callejón sin salida», afirma Moshiel Biton, CEO de la empresa israelí de materiales para baterías Addionics, aportando una visión diferente.
Fuente | Reuters