La marca Ford se encuentra en una importante encrucijada: su estrategia de electrificación no está dando los frutos esperados a nivel de ventas, ni en Estados Unidos ni en Europa. Eso ha llevado a la firma del óvalo a reconsiderar el camino a seguir.
No es la primera, ni la segunda marca que en los últimos tiempos ha recogido el cable respecto al coche eléctrico. El discurso de fabricantes como Mercedes, Volkswagen o ahora Ford es muy similar: el objetivo último es electrificar completamente sus gamas de vehículos antes de que llegue la fecha marcada por la Unión Europea (2035), pero el gran interrogante es cuándo dar el salto definitivo.
Muchas marcas, sorprendentemente, se mostraron realmente ambiciosas en este sentido. A pesar de que había más de una década de margen cuando se anunció que en Europa no se podrían vender vehículos con motor de combustión a partir del 2035, muchos se apresuraron a acelerar sus planes, quizás demasiado. Y ahora, a las primeras de cambio en las que el mercado y la demanda de coches eléctricos empieza a bajar el ritmo, los fabricantes le han visto las orejas al lobo.
Ford y los motores de combustión en 2030
En Ford, las ventas de coches eléctricos cayeron un 20% durante el primer trimestre, mientras que los ingresos de su división dedicada a esta tecnología, la Model e, se precipitaron un 84% frente al mismo período del año anterior. Las previsiones no son nada halagüeñas, y la firma norteamericana espera unas pérdidas de entre 5.000 y 5.500 millones de dólares para esta división: por cada unidad eléctrica vendida, estarían perdiendo en el orden de 122.000 dólares.
Ante esta perspectiva, Ford da un paso atrás. Así lo ha hecho Martin Sander, director de negocio de turismos de la marca en Europa. Junto a otros actores de la industria en las conferencias ‘Future of the Car’ organizadas por Financial Times, Sander aseguró que Ford podría seguir vendiendo coches con motor de combustión más allá del 2030 si existe esa demanda entre sus compradores.
Recordemos que Ford se había puesto esa fecha límite para electrificar toda su gama en el Viejo Continente. Ese plan, como decíamos, apunta a sufrir cambios, sobre todo si las ventas de sus coches eléctricos no despegan. «Si vemos una fuerte demanda, por ejemplo de vehículos híbridos enchufables, los ofreceremos. Hay un camino claro hacia la electrificación, sólo tenemos que gestionar nuestro camino», sentenció Martin Sander.
Ford se encuentra actualmente trabajando en una arquitectura eléctrica para coches eléctricos pequeños. De hecho, hace poco saltó la noticia de que se confirmaba la futura llegada de un modelo asequible por 25.000 dólares. En paralelo, la compañía ha invertido 2 mil millones de dólares para convertir su fábrica en Colonia (Alemania) para producir vehículos eléctricos sobre la plataforma MEB del Grupo VW: Explorer y Capri están en la lista. Pero también se han retrasado otros proyectos eléctricos, como la camioneta y otros todocaminos más grandes, para el 2026 en adelante.
La marca del óvalo ya ha dejado de producir su mítico Fiesta y el Focus seguirá el mismo camino en 2025, momento en el que Ford se centrará en exclusiva a sus coches eléctricos, dominados por las carrocerías SUV (aparte del intocable Mustang), y a los vehículos comerciales que tan buenos resultados les están dando. Especialmente esperado es el Ford Puma eléctrico, que debería presentarse a finales de este año.
Sirva como ejemplo de lo que vive Ford con esta situación rocambolesca en el Reino Unido: allí, en el mayor mercado europeo para la marca, se impondrán multas si los fabricantes no venden un determinado porcentaje de coches eléctricos al año, con un 22% ya para este 2024. Lejos de apostar por incrementar las ventas de sus coches eléctricos, Ford limitará la venta de vehículos de combustión. «No vamos a pagar multas. No vamos a vender eléctricos con enormes pérdidas solo para cumplir con el requisito», afirmó Sander.
Fuente | Automotive News Europe
