Ayer hemos escuchado a la Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, hablar de las posibles medidas que estudian para reducir las emisiones contaminantes en nuestro país. Y una de las medidas más interesante sería el de aplicar una nueva fiscalidad a los vehículos, con una reducción de los impuestos a los coches eléctricos. Pero a falta de concretar esta medida, hemos quería hacer un pequeño ejercicio para saber de una forma gráfica el impacto que esta tendrá en los precios de los principales coches eléctricos del mercado.
Para ello haremos una simulación de IVA súper reducido al 4%, y reducido, con una tasa del 10%. Todo para saber dónde podrían quedar los precios de los vehículos en caso de que la administración opte por este formato para acelerar las ventas. Unos precios que hemos tomado como referencia los actuales en el configurador de cada marca, que luego muchas veces dependen de promociones o las condiciones de cada concesionario.
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SEAT Mii electric:
El nuevo Mii eléctrico llega de la mano de un diseño que ya conocemos del modelo de combustión, pero se renueva con la adopción de una batería de 36.8 kWh que le permiten alcanzar una autonomía homologada de 265 kilómetros con cada carga. Un modelo que está disponible según el configurador de la marca por 17.920 euros. Esto quiere decir que el Mii electric tiene un precio antes de IVA de 14.809 euros. Si le añadimos IVA del 4%, el precio del Mii quedaría en 15.401 euros, mientras que si el IVA ascendiese hasta el 10%, entonces el precio final sería de 16.289 euros.
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Peugeot e208
Uno de los nuevos miembros de la familia eléctrica que comenzará en breve su distribución en nuestro país, y que ya está disponible para ver en algunas concesiones. Un 208 eléctrico que llega de la mano de un sistema formado por un motor de 100 kW, una batería de 50 kWh brutos, y una autonomía de 340 km bajo el ciclo WLTP. Un e208 cuyo precio arranca en la página de Peugeot en los 29.600 euros para la versión Active. Una cifra que supone que antes de IVA el coste sería de 24.462 euros, que ascenderían hasta los 25.648 con el 4% de IVA, y los 27.128 euros con el 10%.
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Renault ZOE
El nuevo Renault ZOE destaca por llegar con algunos cambios estéticos, un motor mas potente, y sobre todo la instalación de una nueva batería que en la versión R135 eleva la capacidad hasta los 52 kWh útiles que lleva la autonomía WLTP hasta los 385 kilómetros. La variante con batería de 52 kWh más económica es la dotada del acabado intermedio Intens, y tiene un precio con IVA de 31.348 euros con la batería en propiedad. Esto quiere decir que un ZOE sin IVA tendría un precio base de 25.907 euros, que ascenderían a 26.943 euros con el 4%, y con el 10% sería de 28.497 euros.
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Hyundai Kona 64 kWh
El SUV de Hyundai es uno de los modelos más competitivos del mercado gracias a un potente sistema de propulsión, 204 CV, pero que además es extremadamente eficiente. Se alimenta de una batería de 64 kWh útiles que le permiten disfrutar de una autonomía WLTP de 449 kilómetros con cada carga. Un Kona que en su versión de 64 kWh más accesible, KLASS, tiene un precio de 40.200 euros. Algo que nos deja un precio antes de IVA de 33.223 euros. Con el 4% el coste subiría hasta los 34.551 euros, mientras que el 10% de IVA lo dejaría en los 36.543 euros. El precio que ahora mismo tiene la versión de 39 kWh.
Como vemos sin duda la aplicación de un IVA reducido sería una buena medida para facilitar las ventas de coches eléctricos. Pero esta medida afectará más a los modelos con precios más altos. Por ejemplo podemos ver como el SEAT Mii eléctrico verá como la ayuda con un 4% de IVA será de 2.500 euros, mientras que con el 10% será de 1.631 euros. Unas cifras que por otro lado sería muy similares a las logradas por el propietario si recibiese una ayuda del gobierno, teniendo en cuenta la devolución en la declaración de la renta.
Donde más partido se sacaría sería en los modelos de precio más elevado. Por ejemplo el Hyundai Kona que con un IVA al 4% tendría un descenso en su precio de 5.649 euros, lo que le permitiría lograr igualar la cifra de las ayudas públicas de los formatos actuales, pero sin el handicap de la devolución.
Una comparación que nos muestra que un IVA reducido apenas tendría impacto en la recaudación del gobierno respecto a aplicar las ayudas públicas, pero reduciría la burocracia de forma sustancial, y aumentaría la confianza de los consumidores que no sufrirían la incertidumbre de si hay o no hay ayudas en su comunidad, ni tampoco la no por esperada menos dolorosa factura en forma de devolución durante la declaración de la renta.
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