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El futuro del almacenamiento de energía: el potencial revolucionario de los coches de batería en la red eléctrica

El coche eléctrico abandera la transición a un transporte sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Sin embargo, este tipo de vehículo cuenta con un potencial incluso mayor que en un futuro ganará mucha importancia.

En un escenario de creciente adopción de vehículos eléctricos, una nueva dimensión se está abriendo en el mundo de la energía.

Y es que los fabricantes de automóviles están preparados para entrar en el mercado energético, presentando un potencial de almacenamiento de energía sin precedentes y transformando la dinámica de la red eléctrica global.

A medida que la transición hacia la movilidad eléctrica avanza, los vehículos eléctricos no sólo se erigen como soluciones para la reducción de emisiones y la sostenibilidad, sino también como actores clave en el respaldo y la regulación de la red eléctrica.

Potencial de almacenamiento de energía del parque móvil eléctrico, así como demanda prevista de electricidad en el futuro.

El coche eléctrico, una batería de reserva con ruedas

Según el escenario de transición económica proyectado por BloombergNEF, para el año 2040 la capacidad combinada de almacenamiento de todos los vehículos eléctricos podría alcanzar la asombrosa cifra de 52 teravatios-hora (TWh). Se trata de una cantidad unas 570 veces mayor que el almacenamiento actual de la red.

Esto plantea un cambio paradigmático en la dinámica de suministro y demanda eléctrica. Además, estos vehículos eléctricos en conjunto consumirán alrededor de 3.200 TWh de electricidad al año, lo que representa alrededor del 9 % de la demanda mundial de electricidad

La magnitud de esta capacidad de almacenamiento no debe pasarse por alto. Estos vehículos eléctricos, con sus baterías de gran capacidad, tienen el potencial de no sólo recibir energía de la red, sino también de devolverla.

Los fabricantes entran en el negocio de la energía

Los fabricantes de automóviles están a la vanguardia de la exploración de modelos de negocio y tecnologías que aprovechen esta capacidad de almacenamiento para estabilizar y fortalecer la red eléctrica.

Un ejemplo destacado proviene de General Motors, que ha anunciado planes para implementar tecnología de carga bidireccional en una selección de sus vehículos eléctricos para el año 2026.

Los puntos de recarga públicos servirán para volcar energía a la red eléctrica.

Esto permitirá a los propietarios no sólo cargar sus vehículos, sino también suministrar energía a sus hogares y a la red cuando sea necesario. Renault también está siguiendo esta tendencia al ofrecer un servicio V2G en su modelo R5 en Francia y Alemania.

La omnipresente Tesla, con su enfoque disruptivo, está liderando la carga. Aunque aún no gestiona las baterías de los vehículos, en California ofrece a los propietarios de Powerwall la oportunidad de vender la energía de sus baterías a la red por un valor de 2 dólares/kWh, generando ingresos anuales que oscilan entre 200 y 500 dólares.

Esta innovación, aunque con una comisión para Tesla, resalta la posibilidad de aprovechar el almacenamiento masivo de energía en los vehículos eléctricos.

Otras marcas automovilísticas también están entrando en juego. Volkswagen planea comercializar electricidad en el mercado energético alemán a través de su división Elli. La startup británica ev.energy, que recientemente recaudó 26 millones de libras esterlinas, está demostrando que el sector está atrayendo tanto a los actores establecidos como a los recién llegados.

Un nuevo panorama energético

La confluencia de la movilidad eléctrica y la gestión de la energía está creando un panorama inédito para la industria automotriz y el sector energético.

Los vehículos eléctricos ya no son simples medios de transporte; se están transformando en elementos fundamentales para el almacenamiento y la distribución de energía, desempeñando un papel esencial en la construcción de una red eléctrica más resistente, flexible y sostenible para el futuro.

Con un enfoque continuo en la innovación y la colaboración, el potencial de almacenamiento de energía de los coches eléctricos promete revolucionar la forma en que concebimos y gestionamos la energía en todo el mundo.

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