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Los fabricantes chinos de coches eléctricos se empiezan a quedar sin «gasolina». HiPhi detiene la producción

Llevamos tiempo esperando la avalancha de coches eléctricos chinos. Algo que incluso algunas figuras tan relevantes como el presidente de Stellantis, Carlos Tavares, o de Tesla, han avisado. Una invasión que está siendo lenta pero inexorable, pero en la que posiblemente se queden unos cuantos nombres en el camino. Es el caso de HiPhi. Una startup muy prometedora que acaba de anunciar la parada de producción.

Según la prensa china, HiPhi ha indicado que cerrará su producción durante seis meses, y ha animado a sus empleados a renunciar o mantenerse con un contrato mínimo hasta reanudar la fabricación. 

Esto es otro jarro de agua fría que pone sobre la mesa una competencia cada vez más dura en un mercado chino de coches eléctricos donde compiten hasta 97 marcas diferentes, muchas nacidas al calor de las fuertes ayudas públicas de 2020, pero que poco a poco se están quedando en el camino por la falta de fondos.

El caso de HiPhi es curioso, ya que es una de las muchas iniciativas nacidas exclusivamente para la producción de coches eléctricos. Estos se colocan en la gama alta, y han sorprendido por su atrevido diseño y buenas prestaciones. Incluso recordamos que el HiPhi Z logró ser el mejor en las pruebas de autonomía que cada año hace la asociación de conductores de Noruega (NAF). Un mercado a donde se han expandido el pasado año los chinos.

Su modelo de negocio es similar al de NIO, ya que no cuentan en sus inicios con una fábrica propia, usando un acuerdo con Dongfeng para sacar adelante sus modelos en la planta de Yancheng. Un formato habitual en muchas startups que les permite a corto plazo reducir costes.

La mayoría de los vehículos vendidos en 2023 fueron HiPhi Y, su propuesta más económica, que se lanzó el pasado mes de julio. Un F-SUV de diseño muy atractivo, cargado de tecnología, que cuenta con dos versiones: una de acceso, un motor y tracción trasera con 247 kW de potencia, que se alimenta de la batería formada por celdas de CATL de 76.6 kWh, que le otorgan una autonomía de 560 km bajo el ciclo CLTC, que serán en torno a los 490 km WLTP. La segunda opción incorpora dos motores, con una potencia máxima de 371 kW y una aceleración hasta los 100 km/h de apenas 4,7 segundos. Una versión que monta una batería de 115 kWh con los que logra una autonomía de 810 km CLTC.

Gama de modelos de HiPhi 

Todo con un precio en China desde 339.000 yuanes, o 43.671 euros al cambio para el modelo de un motor, y de 399.000 yuanes para la de dos motores, 51.369 euros. Cifras que podemos comparar con los entre 258.900 y 299.900 yuanes que cuesta el Tesla Model Y en China.

Por su parte, los modelos más grandes, HiPhi X y Z, disparan sus precios hasta más de 600.000 yuanes (77.287 euros) en el momento de su lanzamiento. Un coste muy elevado para un mercado chino donde hay alternativas tanto o más competitivas por mucho menos dinero.

Es por esto que HiPhi no ha logrado cumplir con sus objetivos, y parece estar quedándose sin dinero. Algo que llama más la atención si tenemos en cuenta que hace unos meses, la empresa cerró un acuerdo de financiación con el gobierno de Arabia Saudita, que inyectaría 5.600 millones de dólares para la expansión de la marca, y la diversificación de la economía del país árabe que busca su hueco en la industria del automóvil.

Pero parece que esto no ha sido suficiente, y ahora se abre un periodo de seis meses donde HiPhi tendrá que luchar por su supervivencia.

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