Europa quería reducir su dependencia de las baterías chinas, pero la apuesta ha sido un fracaso absoluto

La situación de la startup sueca Northvolt es el fiel reflejo de lo que le ha pasado a Europa en materia de baterías para coches eléctricos. Queríamos reducir la dependencia de China, pero la jugada ha salido al contrario.

Europa quería reducir su dependencia de las baterías chinas, pero la apuesta ha sido un fracaso absoluto
Las marcas chinas están comiendo terreno también en el campo de la producción de baterías en Europa.

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Publicado: 12/12/2024 10:33

Lo han intentado, sí, y lo van a seguir intentando, pero quizás sea ya demasiado tarde. Es la sensación que se palpa en Europa después de ver cómo muchos de los proyectos de levantar nuevas gigafábricas para la producción de baterías de coches eléctricos se están viniendo abajo. Europa quería reducir su dependencia de China en ese campo, pero se está encontrando ahora que son precisamente los fabricantes chinos los que están empezando a tomar el control en nuestro territorio.

Sirvan dos casos para ejemplificar los que estamos hablando: la gran promesa Northvolt, una de las startups con mejor financiación en Europa, que se declaró recientemente en quiebra en Estados Unidos; y CATL, el fabricante número 1 de baterías a nivel mundial, que acaba de anunciar un acuerdo para levantar en España, de la mano de Stellantis, una gigafábrica para producir baterías LFP.

Son las dos caras de una moneda, la de la fabricación de baterías para coches eléctricos, que se vence (otra vez) del lado de los asiáticos. Europa quería reducir su dependencia de China, sí, pero ahora es China la que parece estar más dispuesta a invertir e intervenir donde algunas empresas occidentales han fracasado. Según un informe de Bloomberg, 11 de las 16 plantas de baterías dirigidas por Europa y que estaban previstas para los próximos años o han sido retrasadas o, directamente, canceladas.

La situación actual que vive Northvolt es un fiel reflejo de Europa en su batalla por producir sus baterías.

Las posibilidades europeas parecen ahora mínimas. «La falta de capacidad de fabricación de baterías a nivel nacional amenaza la existencia misma de la industria automotriz en Europa. Sin una cadena de suministro de vehículos eléctricos sólida, los fabricantes pueden trasladar la producción a regiones con industrias de baterías establecidas, lo que podría llevar al cierre de fábricas y a pérdidas sustanciales de empleos», advirtió recientemente Andy Palmer, exdirector ejecutivo de Aston Martin.

Aparte del caso de Northvolt, que contaba con el respaldo de VW y BMW, además de tener el mayor préstamo verde de la historia de la UE, Stellantis y Mercedes con Automotive Cells, Volkswagen, Britishvolt… han hecho un parón en sus intenciones de fabricar más baterías en suelo europeo, lo que se traducirá en los próximos años en que la brecha respecto a China se abra. Eso sí, Europa pretende contrarrestar la situación invirtiendo 1.000 millones de euros en el sector de las baterías, pero su veto a las empresas chinas puede hacer que las empresas que dependen de estos materiales no puedan acceder a las ayudas.

Europa sigue marcando un ritmo muy lento en la producción propia de baterías.

Mientras tanto, las marcas asiáticas van a otro ritmo. Según Bloomberg, 10 de los 13 proyectos de firmas asiáticas están avanzando a buen ritmo, con la china CATL y la surcoreana Samsung SDI a la cabeza. Solo las órdenes del gobierno chino para contrarrestar los aranceles europeos pueden echar por tierra estos planes, pero visto el negocio que hay en Europa, sería difícil de entender que las marcas chinas no aprovechasen la oportunidad.

Actualmente China suministra alrededor del 80% de las baterías de iones de litio del mundo y seis de sus fabricantes están en la parte alta del ranking del suministro de baterías para coches eléctricos. CATL, como ya sabemos, es la líder mundial, con BYD ganando terreno a pasos agigantados. En el caso de los primeros, la futura fábrica en Zaragoza, con una previsión de capacidad de 50 GWh anuales, será la tercera en suelo europeo, tras la de Alemania y la de Hungría. Se espera que la producción de baterías LFP arranque a finales del 2026.

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