El próximo 26 de febrero Renault dará a conocer una de sus grandes apuestas de los últimos años. La nueva generación del Renault 5, que regresará al mercado de la mano de un sistema exclusivamente eléctrico. Un modelo que supondrá un salto adelante en lo técnico, pero también en lo económico, siendo una alternativa mucho más barata que el ZOE. Y a pesar de esto, Renault ganará dinero con él.
Hace unas horas, Renault ha presentado los resultados económicos de 2023, donde ha logrado unas excelentes cifras de ventas y de facturación.
En 2023, Renault ingresó 52.400 millones de euros, con un margen operativo de 4.100 millones, o el 7,9% de la facturación. Una cifra récord que confirma la recuperación después del shock de la pandemia.
Esto es el fruto de una estrategia que ha puesto en marcha su presidente, Luca de Meo, que ha priorizado el valor de los coches frente al volumen, y se ha lanzado a la conquista del segmento C, con propuestas que han logrado una gran aceptación, como Arkana y el Austral.
Renault y el reto del coche eléctrico
Pero el reto ahora es lograr aplicar esto al coche eléctrico. Un nuevo desafío que supondrá invertir grandes cantidades de dinero para crear una familia que abarque los segmentos más importantes.
Para ello, Renault creó una división independiente, Ampere, que en un primer momento estaba previsto se convirtiese en una empresa propia con salida a bolsa incluida, con inversión de Nissan, Mitsubishi y Volkswagen, que permitiría recaudar una buena cantidad de dinero.
Pero finalmente las expectativas de valor de Ampere se han desinflado, por lo que Renault ha decidido seguir el plan B y mantenerla dentro de su organización.
Esta se encargará de desarrollar coches eléctricos de precios razonables, con el objetivo de hacer frente a la avalancha china y a Tesla. Una división que ha necesitado entre 1.000 y 1.500 millones de euros de inversión en los últimos años, y que se espera lance en 2026 el primero de los siete coches eléctricos que tendrá en su gama.
Ahora el objetivo de Renault es lanzar un «5» que se convertirá en la bandera de una nueva era eléctrica, donde Renault apostará por modelos modernos, con precios razonables, pero fabricados dentro de nuestras fronteras.
Elementos como motores más eficientes, baterías con una arquitectura rediseñada para simplificar y abaratar su fabricación, lo que permitirá lanzar una versión de acceso que se colocará en los 25.000 euros.
Al mismo tiempo, Luca de Meo indica que no hay que perder de vista el medio y largo plazo, y apostará por colaborar con los fabricantes chinos, que han logrado según sus palabras, «situarse una generación por delante de los occidentales» tanto en oferta, como en la creación de un ecosistema que abarca desde la extracción y refinado de los materiales para motores y baterías, como la propia fabricación de los coches.
Pero también indica que no teme el impacto de los grupos del gigante asiático, ya que indica que los europeos están muy apegados a sus marcas, y que podrán mantener su cuota de mercado.
