El gobierno aprobará el martes el plan de ayudas al coche eléctrico en España, y confirma su poca ambición

El gobierno de España ha confirmado que ya tiene a punto del plan de ayudas a la compra de coches eléctricos, que llega después de una larga espera, y en plena crisis del coronavirus, que se esperaba sirviese para que desde la administración se pusiese en funcionamiento un proyecto ambicioso a la altura de otros estados, como Francia.

Pero finalmente a falta de conocer el texto final, España volverá a seguir con un plan poco ambicioso destinado a cubrir el expediente en el aspecto publicitario, y que mantendrá la incertidumbre de los clientes el cuándo y el si podrán acceder a estas ayudas.

Lo primero que llama la atención es el presupuesto. 65 millones que tendrán que repartirse entre las diferentes tecnologías y apartados que accederán a estas ayudas. Desde la compra de coches, hasta la expansión de las redes de carga. Por lo tanto hablamos de un presupuesto real que será de solo 45 millones de euros.

Otro aspecto que ha decepcionado es el reparto de las cantidades. Aunque se ha quitado la absurda norma de la obligación de achatarrar un coche usado, algo que cerraba las puertas a las ayudas a los jóvenes que querían que su primer coche fuese un eléctrico, pero también a empresas o flotas públicas con unidades en renting sin coches para entregar.

Pero esto no quiere decir que desde la administración se haya escuchado al mercado y hayan solucionado los problemas, y es que el reparto de las ayudas también tendrá en cuenta si entregamos un coche usado o no.

En caso de no contar con un vehículo a achatarrar, entonces la ayuda será de solo 4.000 euros. Para acceder a los 5.500 euros tendremos que cumplir con la premisa de entregar un vehículo. Un verdadero despropósito que no hará más que crear incertidumbre entre los consumidores, y que podemos comparar con los 7.000 euros que entrega Francia, y que se pueden sumar a los 3.000 euros en caso de entregar un coche usado.

Faltan por conocer detalles como el límite máximo de precio para el vehículo, que se espera sea de nuevo elevado para permitir la entrada dentro de las ayudas de más modelos.

Pero el principal problema es su puesta en marcha. Y es que como recordamos, el presupuesto debe ser gestionado por las comunidades autónomas, que tendrán que ser las encargadas de poner en funcionamiento su plataforma y toda la infraestructura necesaria para que las concesiones acceden a los fondos.

Una maraña burocrática que no hará más que retrasar y dificultar la puesta en marcha del plan de ayudas ya de por si muy poco ambicioso que muy posiblemente no esté listo hasta finales de julio o el mes de agosto…como muy pronto. Algo que dependerá de la celeridad de cada comunidad autónoma a la hora de iniciar el proceso y que de nuevo nos lleva al ejemplo del proyecto de Francia, que ha sido presentado esta semana y entrará en vigor este próximo lunes.

A todo añadir la herramienta que prepara marcha Europa, permitiendo a los estados el aplicar reducciones del IVA a los coches eléctricos. Una medida de extremada eficacia, sin coste directo en cuanto a presupuesto, y con una aplicación infinitamente más sencilla en el plano organizativo.

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