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Puntos de carga obligatorios en gasolineras. Tras Milán llega el turno de Florencia y ¿en España?

Tras una ciudad, capital mundial de la moda, como Milán llega el turno de Florencia. La urbe que cuenta con patrimonio histórico artístico de primer orden se suma a la tendencia con un Plan para la Calidad del Aire 2021-2023.

Dentro de esta normativa las estaciones de servicio tendrán que estar «electrificadas» antes de 2023, con los trabajos de adaptación completados en el plazo máximo de un año.

Como adelantó FCE en noviembre de 2020, el coche eléctrico podrá recargar en todas las gasolineras de Milán, gracias a la aprobación de una normativa de calidad del aire que obliga a todas las gasolineras a contar con puntos de recarga para coches eléctricos.

Italia da ejemplo

Tras la ciudad del norte de Italia ha llegado el turno de Florencia que sumará sus 400 puntos de carga actuales una nueva red de carga rápida, situada en el mismo lugar donde recargar energía en forma de combustibles de origen fósil los coches de combustión interna.

La clase política en diferentes países de Europa parece despertar al coche eléctrico y rompen su temor a la vez que se toman en serio la transición hacia la nueva movilidad.

Si recientemente este medio reportaba el interés de un ministro alemán por conseguir que Tesla abra su red de cargadores en el país germano, ahora en Italia ciudades enteras se adecúan al futuro fomentando las redes de carga.

La red de carga es vital

La clase política en ciertas naciones comienza a tomar partido en pos de una infraestructura de recarga de baterías rápida, capilar y operativa con opción de pago mediante tarjeta de crédito, que sirva de espina dorsal para el desarrollo del coche eléctrico.

Alemania ha dado varios pasos en la dirección correcta como con la obligación a las estaciones de carga de baterías a aceptar tarjetas de crédito por Ley. Italia mientras usa la legislación y las normativas locales para obligar a dotarse de puntos de carga también a las estaciones de servicio.

¿Y España?

Mientras las cosas se mueven en Europa, España continúa con el plan MOVES III paralizado por parte de los gobiernos regionales que no han activado el plan en los diferentes territorios en los que se divide el acceso a las ayudas de la ciudadanía.

Estas ayudas son vitales no sólo para el cliente articular que necesita un ‘empuje’ para saltar al coche eléctrico. Los operadores de redes de carga también se benefician de este tipo de incentivos que en muchos casos son claves para poder expandir una costosa infraestructura, sujeta a largos plazos de amortización, dado el escaso nivel de desarrollo del parque móvil nacional cero emisiones.

Mientras que las ayudas se quedan inactivas, tampoco hay una iniciativa verdaderamente ambiciosa que favorezca la adaptación de las estaciones de servicio a la nueva movilidad como si está ocurriendo en Italia, que ha dado un ultimátum a las autopistas para dotarse de puntos de carga rápida.

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