Aprovechar la infraestructura existente es uno de los fundamentos de un interesante proyecto que pretende convertir 1.000 farolas públicas de Berlín, en puntos de recarga para coches eléctricos.
Ubitricity es la empresa detrás de este proyecto. Una start-up alemana que invertirá 400 euros por cada punto de recarga. Una cifra realmente económica, que pone sobre la mesa el potencial de instalar este tipo de infraestructura en un lugar donde no hace falta afrontar una obra considerable.